Los sexos, tanto hombres como mujeres, son sexuados y por ello deseantes y deseados, se buscan y se atraen con más o menos suerte y acierto.
Aunque coloquialmente se habla de DESEO, siendo rigurosos tendríamos que referirnos más bien deseos eróticos, pues son pequeños y plurales, referidos a alguien, a algo, erotizados de alguna manera, en algún momento... por tanto, las variables de a quién, qué, cómo, cuándo y dónde en los deseos eróticos son importantes.
Las dificultades en los deseos suelen proceder de estas variables, bien sea por el contraste entre la expectativa y la vivencia o por disonancias entre uno y otro en la pareja.
Conocer cómo es la expresión erótica de cada uno y cómo encontrarse en las diferencias y en las semejanzas constituiría el primer paso de intervención.
Cuando la expresión de los deseos o la inapetencia en los gestos de intimidad resultan un problema, el asesoramiento sexológico puede ayudar a dar pasos para desbloquear la situación.
Para leer más...
El banquete de Platón: somos sexuados, somos incompletos.
Artículo del blog que explica el origen del amor erótico según el filósofo Platón.