La orientación sexual da cuenta de la orientación sexuada del deseo y tiene sus matices, homosexual o heterosexual, dependiendo de si se dirige hacia el mismo sexo o se dirige hacia el otro sexo.
En cualquier caso, en el campo de la erótica hay que tener en cuenta que la orientación es preferente y concreta, es decir, preferentemente (no tiene por qué ser exclusivamente) se dirige hacia uno u otro sexo y concreta porque no se dirige hacia todos los individuos de dicho sexo (hacia todas las mujeres o hacia todos los hombres), la atracción es sentida en relación a algunos hombres o algunas mujeres.
Por tanto, la atracción no es hacia los HOMBRES o hacia las MUJERES, es hacia un sexuado concreto, hacia ese hombre o esa mujer que despierta los deseos en uno.
Esta orientación, ya sea de un matiz homosexual o de un matiz heterosexual, no es objeto de intervención, sólo se interviene en aquellos casos en los que la vivencia del deseo no sea aceptada o se encuentre problematizada por las razones o circunstancias que sean.