Ante ciertas circunstancias, se puede experimentar nervios, agobio o estrés de manera puntual. Nos damos cuenta al identificar ciertas sensaciones, que pueden ser muy diversas: taquicardia, sudoración, malestar general, sensación de ahogo, temblor, agitación, etc.
Los síntomas de ansiedad pueden facilitar la movilización del cuerpo para que se mantenga alerta y esté preparado para reaccionar si fuera necesario, como ocurre en situaciones de urgencia.
Dicha sintomatología puede ser interpretada como molesta o problemática si permanece en el tiempo, su frecuencia va en aumento o se desencadena ante situaciones que no tendrían que percibirse como amenzantes.
Habitualmente, la ansiedad suele manifestarse de las siguientes formas:
- puntualmente de forma muy intensa
- de forma atenuada a lo largo de todo el día.
Además, la ansiedad puede conllevar:
- reacción de movilización, ocurre cuando sentimos que no podemos dejar de estar activos.
- reacción de bloqueo, sucede cuando nos sentimos como paralizados.
Si dicha ansiedad es vivida de forma muy intensa, se acompaña de miedo, necesidad de huir, evitar la situación o pedir ayuda, podemos estar ante un ataque de pánico.
También puede leer algunos artículos extraídos del blog sobre la ansiedad y el ataque de pánico:
Ansiedad I: De cómo pasé de sentir nervios a sufrir un ataque de pánico
Ansiedad II: 10 pasos que empeoran la ansiedad